I Este vicio de leer salteado. Lejos del modelo ideal de Macedonio. Tan solo mi modo, el dejarme llevar por donde las diversas escrituras me van conduciendo, coexistiendo, por otro lado, con un modo prolijo, un recorrido respetando fechas y publicaciones casi obsesivo cuando descubro un autor que me interesa. En ese vaivén, entre el salto y la
Leer Más - Crónica 7 – La mano en la trampa[1] Mi sombra se espantó de la luna y se acurrucó entre mis pies. Italo Calvino “La vida nos da sorpresas, sorpresas nos da la vida”, escribo en el comienzo de esta crónica. Sorpresas como las que deparan los viajes irrumpiendo lo planificado, por uno o varios días, entremezclándose con lo yaLeer Más
- Crónica 6 – BEATRIZ GUIDO Soledad y el Incendiario (1982) I Regreso a Beatriz Guido, luego de una pausa que tomé después de leer y escribir sobre El incendio y las vísperas. Quería finalizar Personas decentes, de Leonardo Padura, que había comenzado a leer en paralelo, y disfrutar de mi regalo de cumpleaños, El manto, de MarcelaLeer Más
- Crónica 5 El incendio y las vísperas (1964) «Patria» era, en fin, su relación sexual entre él y los objetos de arte. Divisa de belleza, importación de gracia y señorío. Porque un cadáver está vivo cuando no ha desaparecido en las sombras de una comisaría o en un baldío con desperdicios. Por fin he terminado la novela. Me demandóLeer Más
- Crónica 4 Fin de fiesta (1958)[1] Lo único que martillaba mis oídos de todo lo dicho era «llevas mi nombre»; «tu nombre es el mío» De a poco, muy lentamente, voy encontrando el espacio de la lectura frente al mar. Al comienzo, la inmensidad –ansiada, añorada desde mi Buenos Aires– es deslumbrante y hasta por momentosLeer Más
- El manto, de Marcela Serrano[1] A mis hermanos Me vine para mi casita en Imbassaí con un regalo en la valija por mi cumpleaños. Era un pequeño paquete azul, a todas claras delataba un libro, que llevaba adosado un sobre cerrado y una nota que indicaba no abrir hasta el 22 de enero. Confieso aquí que no resistí, antes de viajar, laLeer Más
- Personas decentes, de Leonardo Padura El entramado de mi lectura con sus pensamientos Finalizando la novela, lo primero que pienso es encontrar la Epifanía habanera. El homenaje a Ignacio Cervantes y la mención recurrente a esa composición del artista cubano provocan mi curiosidad. Busco el tema para escucharlo, sondeo en variasLeer Más
- Crónica 3 La caída (1956) -Yo sé lo que va a escribir con el tiempo -auguró-; estos dos meses no los podrá olvidar fácilmente. Comienzo Final de fiesta (1958) con la inquietud interior (desconozco de donde proviene) que me produce no respetar el orden cronológico de las publicaciones de un autor. Sin embargo, ya en los inicios de estaLeer Más
- Crónica 2 La casa del ángel (1954) -¿En la eternidad nos encontramos con las personas que hemos querido en la tierra? Beatriz Guido tiene treinta años cuando presenta su primera novela, y con ella gana el concurso Emecé. Cuatro años antes, Norah Lange había publicado Personas en la sala. En ambos trabajos, la protagonista es unaLeer Más
- Crónica 1 La pulsión es inevitable. Agradecida por su irrupción, me entrego a ella. Así, por ella, por ese impulso, doy inicio al viaje. El plan no se traza lentamente. Se impone con urgencia, con la intensidad que imprime la tensión interna. Es el deseo, es el goce, es el placer eminente. Es la ruta que se vislumbra fascinante y únicaLeer Más