Leyendo a Noé Jitrik, la pervivencia de una voz Comencé a leer La vuelta incompleta[1] durante los primeros días de diciembre, luego de que se le otorgara a Noé Jitrik el Doctor Honoris Causa, por la Universidad de Buenos Aires. Era un modo de homenajearlo, dado que no podía asistir a la ceremonia. Jitrik había publicado la novela ese
Leer Más - Mientras el poeta canta: Hoy es sábado y mañana domingo La vida llega en olas como el mar…[1] termino de acomodar en la maceta, el copete orgulloso de un nuevo abacaxí. Es el número siete. Los anteriores han ido creciendo a ritmo acelerado desplegando con vigor sus hojas, vainas delgadas y al mismo tiempo ariscas, de bordes filosos que noLeer Más
- Desde esta ventana, que es mi mirada, soy ese horizonte el infinito amarse donde ya confluye, azul sobre azul, la eternidad.Leer Más
- Las palabras se abrazan a la línea y ascienden con anhelo de cielo la ladera ocre y vermelha por la que asoma la Luna. Marea de río, aquí quiero estar. ya habían cantado en otros poemas, susurrándoselo casi, a Lemanjá. La pared las aguardaba, como una novia blanca, y las manos llegaron para vestirla de colores. Y han sidoLeer Más
- Es necesario que ocurra el encuentro en aquella línea del lazo amoroso que anuda el deseo, donde el azul cielo se embriaga de mar. en Mar de Mareas, inéditoLeer Más
- Enero se ha colado por ese hueco que conduce al mar. Se ha ido sin casi darme cuenta. Al tomar la fotografía esta mañana creí ver un destello de su cola brillante en el mar. Se ha ido demasiado pronto y aquí me encuentro, como si el año recién se iniciara, venciendo la inercia y esta tendencia mía a escapar también por la playa. Un tiempo porLeer Más
- He leído la novela de Tatiana Țîbuleac, El jardín de vidrio.[1] Țîbuleac es escritora, periodista y traductora moldava-rumana. Nació en Moldavia (en Chisináu) en 1978. Después de finalizar la novela, la busco en la red para descubrir que es una mujer hermosa. Las fotografías me sorprenden, quizás influenciada por la reciente lectura queLeer Más
- Se va acomodando el cielo sobre el mar, el mar junto a la arena y el tajo del río serpentea para humedecer los arbustos silvestres. Desde este otro lado, mis ojos observan, derritiéndose, calmos y pacíficos por tanta inmensidad por delante.Leer Más
- La mañana me regaló esta sorpresa. Le he quitado de encima las hojas de la palmera que le daban demasiada sombra, y ahora brilla hacia el sol, libre, plena, completa.Leer Más
- La ciudad en llamas, aturdida por el calor y los reproches. El ala del avión antes de zambullirse en la noche. La primera tarde en Imbassaí, irreal, mágica. Así han sido estos días, de mudanza, para llegar hacia donde anhelaba tanto mi corazón. Hoy escribo con la piel empapada de mar. Me abracé a sus olas como si ya no existiera nada más.Leer Más