Lo que importa no es quién
Él había elegido siempre. En consecuencia, él era el más fuerte, ¿no?
Venciendo cierta dispersión y con muchas ganas de leer, tomo de mi biblioteca este libro de George Simenon, Los fantasmas del sombrerero (1949), que perteneció a mi mamá, tal como atestigua su firma en el inicio; solo su firma a la que a veces (no esta vez) le agrega el año, ¿de la compra? ¿del momento de la lectura? No puedo saberlo. A diferencia de la conversación que inicio invariablemente cuando acepto la invitación de un libro, y de las líneas que ese gesto vuelco en las primeras páginas, bajo el título cuando hay espacio, en las siguientes si se da el caso, mi madre solo se ha limitado, también invariablemente, a dejar su firma asentada en el vértice izquierdo superior de la hoja (siempre en ese lugar, no en otro).
No he leído nada de George Simenon (creo) y busco algunos datos antes de escribir sobre esta novela.
Copio de Wikipedia:
Georges Joseph Christian Simenon. Lieja, Bélgica, 13 de febrero de 1903-Lausana, Suiza, 4 de septiembre de 1989. Fue un escritor belga en lengua francesa, conocido sobre todo por sus novelas policiacas protagonizadas por el comisario Maigret […] Simenon fue un novelista de una fecundidad extraordinaria, con 192 novelas publicadas bajo su nombre y una treintena de obras aparecidas bajo 27 seudónimos. Los tirajes acumulados de sus libros alcanzan 550 millones de ejemplares.
Simenon es el creador del famoso comisario Maigret. Y aquí sí, entonces, pienso que lo he leído o lo he visto en el cine o en la televisión. La misma vida de Simenon, su biografía, daría para una miniserie de tan apasionante e intensa como lo fue su producción literaria.
II
Segunda parte, tras una pausa obligada que me lleva a un nuevo día con Simenon. Me apasiona su vida, como también esta breve novela que acabo de leer. Recomiendo mucho leer la reseña que hace sobre el escritor belga, Luis Chitarroni (no podía ser de otro modo, cuando subí el cursor para enterarme a quién estaba leyendo reseñando, dije: ahhh, claro). Corresponde a una nota para la Revista Ñ, del día 15/06/2022, actualizada el 02/03/23, copio el link:
En el 2022, se lanzó la reedición completa de sus obras. En este tiempo de dispersión, más allá de que he reeditado mis libros en dos hermosas antologías, una de poesía y narrativa; más allá que he digitalizado Kawanabe; más allá de haber hecho el intento, una vez más, de participar en el concurso de la Fundación Argentina para la poesía con un breve poemario; sigue arraigada en mi la falta, la ausencia y eso me lleva a la dispersión. Incluso la lectura me cuesta y he encontrado en Simenon un espacio de disfrute. Y quizás eso, era lo que me estaba faltando.
Hace poco más de un mes había finalizado El aire, de Sergio Chejfec (cuánto me costó llegar al punto final, porque hay momentos o tiempos personales para determinadas lecturas). Entonces seguí con Yo, el gato, de Natsume Soseki, fascinante, ya hablaré de ello. ¿Pero estaba lista para responder con fidelidad a las casi 630 páginas?
En cambio, tuve la impresión que Simenon (y no por banal) no me pedía nada. Dejó que me deslizara junto al sombrerero, el Sr. Labbé por las calles de La Rochelle para ir descubriendo, poco a poco, a ese hombre de alma gris y trágico.
Una novela policial en la que el asesino está claro desde el inicio. ¿Entonces?
Como el Sr. Kachoudas, el vecino –sastre, inmigrante, no del todo integrado a la comunidad– me dedicaré a seguir los pasos del Sr.Labbé/el sombrerero sabiendo lo que sé e intentando no morir en el intento. Y me meteré en la mente retorcida del Sr. Labbé, por momentos horrizada con su perversión; seré parte sus pensamientos mezquinos y de su hipocresía. Porque de eso trata esta novela: de hacernos ingresar en ese territorio del horror donde se desarrollan los crímenes. El suspenso no está centrado en saber quién es el asesino, eso lo sabemos desde casi el inicio, sino por qué lo hizo.
En 1982 se estrenó Les Fantômes du Chapelier, dirigida por Claude Chabrol. Intentaré encontrarla en algún sitio de la red. Las críticas señalan que es espléndida. Cuando lo sepa, lo subiré a esta reseña.
III
Acabo de ver Golpe de suerte en París, dirigida por Woody Allen para descubrir el homenaje de mi querido Woody a Simenon (¡hasta se lo nombra!). Muy buena película, la recomiendo.