Lo que importa no es quién Él había elegido siempre. En consecuencia, él era el más fuerte, ¿no? Venciendo cierta dispersión y con muchas ganas de leer, tomo de mi biblioteca este libro de George Simenon, Los fantasmas del sombrerero (1949), que perteneció a mi mamá, tal como atestigua su firma en el inicio; solo su firma
Leer Más - Kokoro, de Natsume Sõseki Las palabras vivas no solo sirven para hacer vibrar el aire, sino que también pueden agitar poderosamente el corazón humano. Se ha convertido en algo necesario esto de escribir sobre mis lecturas. Como si no pudiera continuar sin establecer esta conversación conmigo misma, con el libro que acaboLeer Más
- Juan Forn y el arte de narrarLeer Más
- Una historia de amor Leo por primera vez a Mizubayashi. Me llega su novela en tránsito. Pasa por mis manos brevemente, pero es suficiente para concretar el encuentro. La novela me pone en contacto también con la Sinfonía No. 8 en C Minor, de Dmitri Shostakóvich, compositor y director de orquesta ruso nacido en 1905, mencionada a loLeer Más
- Mis palabras en el día del homenaje Cuando Marilú propuso este homenaje me sentí abrumada o desconcertada, no sé precisar el sentimiento. Cuando me llamó estaba en Brasil, en Imbassaí, adonde había llegado para esperar el nacimiento mi nuevo nieto, Nilo. Había llegado sola, o sea, sin Raúl y en la valija, además de losLeer Más
- Asistir al misterio I.- Finaliza febrero y salgo de mi nido de empolle para caminar hacia el mar, como las pequeñas tortugas que van naciendo en los hoyos de la playa. Me pongo en movimiento. Lentamente, con un cierto no dejarme ir del todo, aunque pronto tome carrera y me lance a la orilla desafiando la primera ola, inmensa para mi ser deLeer Más
- Mis dos mundos, de Sergio Chejfec …porque, así como uno no elige el momento en que va a nacer, también ignora los mundos variables que va a habitar. Regreso a mi casa. Llego a mi casa con el mismo sentimiento de melancolía con el que me fui, sintiéndome aún muy pérdida. Salvo alguna escritura esporádica, este tiempo ha sido deLeer Más
- Una nueva lectura de El otro Joyce[1], de Roberto Ferro. El escritor no desaparece, tiene su lugar, pero desde ese lugar, no podrá controlar la escena de lectura y todas las variantes de interpretación. Mi primer encuentro con Jorge Cáceres se remonta a agosto del 2012. Él ya se había instalado en la oficina de su tío en los pisosLeer Más
- Mi encuentro con “la Simona” Una crónica sobre Les mandarins (Los mandarines)[1] de Simone de Beauvoir Las lecturas, mis sucesivas y continuas lecturas, se van enhebrando en un tejido que se inicia sin diseño previo. Un trabajo de las manos, solo dispuestas a sujetar las agujas anticipando desde esa lazada inicial al goce del oficio yLeer Más
- Cariñosamente Pepe Sobre Las ratas y Sombras suele vestir, de José Bianco En el extremo de la galería me sorprendió una cascada de agua muy blanca que saltaba por los cristales abiertos y corría por el suelo. Era el batón de puntillas de mi madre. Mi mesa de trabajo se había vestido de fiesta con la llegada de LaLeer Más