DELPHINE DE VIGAN – Parte 1

A ELLA

Envejecer es aprender a perder

Delphine de Vigan

 

Como Marie

también toco timbre

y espero.

Escucho sus pasos

–son pocos,

el mismo ritmo

siempre,

la misma melodía

siempre,

que impone

su bastón–.

Al abrir la puerta

sus ojos

cada día

más verdes

–o transparentes

o desamparados

con el tiempo

escurriéndose

entre las pupilas–.

Al abrir la puerta

sus manos

tendidas hacia

la finitud

que es

mi propia vida.

Y luego,

nada nuevo

en ese ir y venir

entre nosotras.

Me siento,

me acomodo

a sus pausas

luchando contra

el incipiente silencio

de las palabras vacías.

Luchando contra

ese silencio empeñado

en ganar la partida.

Y me apoyo

sobre sus recuerdos.

Y me deslizo

por la dulce voz

compartiendo su presente

que, a veces,

resulta tan ingrato.

Envejecer es aprender a perder,

leo.

Y aunque

me resisto ante la idea,

eso va sucediendo

mientras, la abrazo,

lo voy aprendiendo.

 

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